...se me ocurre un ejercicio singular para mi oficio: escribir. Y es que los fotoperiodistas enfrentamos cada experiencia por doquier que vamos, que bien podriamos llenar toda una boveda con post-it de frases que vamos recolectando por los caminos que recorremos o de los que abrimos brecha. Y, tambien porque es raro que un fotoperiodista cuente sus palmares con palabras.
La sensación que me motiva, juguetona, es la de re-descubrir la historia. No la que uno aprende en los libros de primaria. Sino la historia oculta, la que cuentan las calles y sus personajes. Esos que forman parte del rompecabezas diario.
Es que, hay que reconocerlo, no hay nada escrito.
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