sábado, agosto 21, 2010

Lluvia


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miércoles, agosto 04, 2010

de vidas y muerte

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me ha dicho un amigo que " para saber de amor, es necesario haber estado solo".

Su frase me cae como agua helada, sobre todo estos dias de muerte, de la perdida de un ser querido; esas ideas circulan mi mente en forma permanente.

Para mi el tema de la muerte siempre ha sido complicado. Lo veo y lo siento irreal: sencillamente no la entiendo. La perdida de mi abuela ha representado el cisma familiar pues se trataba ella, del punto de encuentro al final del dia o fines de semana para conversar con los tios/primos que se encontraban de paso por la casa. Resulta que tras 3 decadas de vida y experiencias de familia, la casa donde vivo siempre habia experimentado el tránsito de la familia, de los primos, de los tios, de los amigos o de la gente que no ha pertenecido a la familia pero que alguna vez ocupo un lugar en las vidas de alguno de nosotros. Ahora, esta mujer, que crió y ayudó a crecer a 4 generaciones se ha ido, luchadora en su batalla que muchisimas mujeres pierden: la del cáncer.

Alguna vez pensé y maneje la idea del dia que ella fuera a faltar en casa. Pero ahora, ese momento ha llegado y es algo a lo que uno no termina de ajustarse. Es duro sobre todo porque el sentimiento de la ausencia, sencillamente no se llena. Entiendo ahora a Benedetti "nada te reemplaza... porque estas llegando a casa".

Habra que sacarle provecho y aprender de la oportunidad de la soledad y de las voces apagadas porque al final, para saber de amor, es necesario haber estado solo.


La vida continua y nos pasa al lado.

lunes, enero 18, 2010

De fiesta


José Miguel Lam
photojournalist

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Es viernes y la noche tiene un agradable ambiente de fiesta. Chicos y grandes son convocados por el reventar en lo alto del cielo los juegos artificiales que se abren paso entre ralas nubes y sus colores se reflejan en los ventanales de las casas.

En la ciudad nadie ya le da importancia a las ferias cantonales, talvez sea que el espiritu infantil ha menguado entre la dosis diaria de crimen y sicosis colectiva pero en este lugar de gentíos, padres e hijos deben hacer cola para su turno en los juegos mecanicos cuyas improvisadas armazones nos recuerdan lo austero de la situacion.

Al dia siguiente la fiesta esta lejos de terminar, los caballos se abren paso por las calles del pueblo mostrando sus galas ante los adultos que ahora lucen caras de niños que recuerdan tiempos y juegos de antaño mientras avanzan entre el polvo y charcos de lodo. Se alejan bajo el sol de mediodia y traerán nuevamente emoción, para el proximo año.