Testimonios. Cada palabra desgarra y arranca lágrimas sepultadas en 29 años de silencio y temor.
Uno de los sobrevivientes tiene hoy 40 años; 12 cuando la muerte vino en forma de uniforme militar a su población: lo recuerda todo. Cada detalle con precisión. Recuerda a su hermano muerto, a incontables cuerpos femeninos apilados tras el sonido a la distancia de fuego fusil. Recuerda una voz interior que le grita con afán "huye".
Las y los testigos escuchan, no pueden dejar de hacerlo. A sus ojos vidriosos acuden los recuerdos: rompe en llanto el dolor del duelo de 3 décadas que es terrible; una joven mujer acude en pos de una anciana cuyo espíritu se ha quebrado y seca sus lágrimas.
La niñez y la vida arrebatadas. Para siempre.
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