martes, abril 19, 2011

emergencias

Es lunes x la noche en emergencia de adultos y hace calor. Una urgencia familiar me trajo a este lugar y esta vez dejo de ser periodista para ver de primera mano las carencias, las paredes descascaradas de pintura, la falta de medicamentos y de cómo se las arreglan los practicantes, las camillas que lucen más bien de la segunda guerra mundial. Pienso cuánto ha de costar una de estas camillas x medio ciento y en los millones q el gobierno destina a anuncios oficiales. Me gustaría comprar tan sólo una de estas camillas para que mi familiar pueda convalecer de forma digna y eso, me hace sentir coraje. Pensar en las demás personas que le acompañan me hace sentir mucho más coraje aún. Nunca hay suficiente lugar para los enfermos mientras los internos de turno cabecean luchando contra el sueño y justo en ese momento ingresa un herido de bala justo en el pecho. Sólo la esperanza hace caminar este lugar.

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